Una noche particularmente hermosa dará paso a otra Navidad de nuestras vidas.
Siempre igual y siempre diferente.
Recuerdos, nostalgia, presente y emociones vuelven a mezclarse.
Que sepamos vivir el Nacimiento del Redentor como El nos pide, de corazón, y con entrega fiel y sencilla.
Que el Divino Pastorcito, en brazos de su Madre Bendita del Rocio, nos bendita a todos.
FELIZ NAVIDAD, HERMANOS.