lunes, 2 de julio de 2012

Rocieros en el Cielo: Curro Salado




Se nos fue el pasado jueves. La Virgen del Rocío vio llegada la hora de mostrarle su bendito rostro de Pastora, en este año de venida de la Señora. 

No resulta fácil describir en breve la figura de D. Francisco Salado Pichardo, pero cuando en su pueblo basta con que se diga Curro, para que todos sepan de quien hablamos, es una muestra evidente de que se ha dejado huella profunda en su caminar por este mundo.

Si hay en la actualidad algo verdaderamente difícil de encontrar, en una sociedad adocenada y carente de criterio propio, es la personalidad, el carácter. De eso, Curro Salado mantuvo una verdadera cátedra. Personalidad y forma de ser genuinas. No necesitaba copiar ni importar estilo. Supo crearlo y ser fiel a si mismo. Caballerosidad y maneras de siempre, de categoria. Con las que fue Alcalde de Umbrete durante veinte años, con las que presidió nuestra Hermandad del Rocío durante ocho años, siendo para quien suscribe un orgullo decir que el era Presidente cuando un servidor paso a formar parte de esta Hermandad. 

Pocos embajadores tendrá Umbrete como ha tenido con Curro Salado. Orgulloso hasta el infinito de su pueblo, paseaba su nombre y sus excelencias por donde fuera. Y por si fuera poco hizo del fruto joven de la vid, el Mosto de Umbrete, una auténtica referencia de este rincón del Aljarafe. 

Cuanto lo va a echar de menos Maria, su inseparable esposa, y sus hijos, Rafael y Santi, y todos los que lo querían y han compartido tanto con él.

Curro Salado, personalidad infinita, bodeguero, alcalde, amigo de tantos amigos, y rociero en el cielo donde ya caminan tantos umbreteños, que junto a el van a vivir un bicentenario en las marismas azules. 

Descanse en Paz. Hasta siempre Curro.

Viva la Virgen del Rocío.

Vivan los Rocieros en el Cielo.