sábado, 13 de febrero de 2010

Desde pequeñitos, queriendote

La cita era el domingo de la semana pasada. Era 7 de Febrero.

Un enclave de fe. La Ermita, el Santuario. Como se le quiera llamar.

Es la Candelaria. La presentacion de Jesus al Templo. La festividad liturgica, en el Rocio, se convierte cada año en un rio de devociones donde los niños, en brazos de sus padres, comienzan a crecer en el cariño a la Virgen.

Una cola inacabable, desordenada pero constante. Centenares y centenares de pequeños y pequeñas clavan sus ojos en la Virgen mientras se acercan a la reja, al tiempo que sus padres les cuentan al oido cosas hermosas de la Señora, del Rocio, de la Virgen y el Pastorcito. Del sentimiento rociero en definitiva.

Cuando subes los peldaños del presbiterio, con un rociero o rociera en los brazos, el sacerdote los bendice. Los padres, orgullosos, subimos por detras del altar, hasta el camarín de la Señora. Alli, la Camarista pondra a los niños y niñas bajo el manto de la VIrgen. Es un segundo, no podemos casi parar porque son muchos los que aguardan.....pero hay algo de tiempo detenido, algo de una cadena heredada de la fe que hace latir mas fuerte los corazones, algo de misterio y de gozo en ese camarín, a las espaldas de la Virgen del Rocio. Los niños se han presentado a Ella, para seguir siendo de Ella mientras vivan. En ese gesto, los padres comienzan a entregar un testigo de la fe recbiida, que prolonga siglos y siglos su vigencia.

Ya pueden venir historias para no dormir de crucifijos que molestan o de laicismos trasnochados. El dia de la Candelaria la Virgen deja que los niños se acerquen a ella, porque mañana serán hombres y mujeres que vendran a verla por caminos y veredas. Y ella sonreira al recordar cuando sus padres los presentaron, un dia de la Candelaria.

Que Dios bendiga las intenciones de cada padre, de cada madre, de cada abuelo y abuela, de cada familia que enseña a las nuevas generaciones el nombre de la Madre de Dios marismeña: ROCIO.