jueves, 7 de octubre de 2010

Rocio de antes


Hay un Rocio de ahora, un Rocio tuyo y nuestro, un Rocio de vida de todos los dias, despojado de figurones, de siglo XXI, de muchedumbres y devoción sin fronteras. Un Rocio vivido y palpitado.

Había un Rocío de antes, que no has vivido, que te han contado, que has saboreado en historias sepia o blanco y negro. Con nombres antiguos, con pasajes que te parecen de leyenda, con estampas que solo pueden soñarse hoy dia. Hay un Rocío que has heredado, pero que siendo de hoy no se parece al que añeja lustros, decadas o siglos. Había un Rocío de siempre, con solera, sabor, con esfuerzo de años dificiles, con impronta de categoría, de esencia rociana que ha llegado un nuevo mileno con su carga devocional.

Esta foto que veis es otra de las joyas que las cámaras antiguas dejaron para los tiempos venideros. El Cajón de Umbrete, varado en su Acebuche, su sitio, el de la Hermandad de Umbrete. Todo es antiguo, hasta el mismo Simpecado, que no es el que hoy veneramos, sino el antiguo que tuvo la Hermandad, hoy en un domicilio particular. Incluso el remate del frontal del Cajón no es el que hoy conocemos, pues por aquel entonces la plata no adornaba la madera del Cajon de Umbrete.

Las caras, las indumentarias, el estilo, todo es parte de una historia que nos gusta escuchar en esas conversaciones de cualquier día del año, en esas tarde de otoño cuando la Romería aun esta lejana y alguien mayor cuenta cosas de aquellos Rocios de antes.

Y también en la foto, un nombre propio ligado a su Hermandad de Umbrete. Ese rociero que veis en la foto de perfil, con su sombrero de copa alta, Francisco Llorente, el Niño de Ana. En el también vemos ese Rocío de otros tiempos, de hombres cabales que nos trajeron la Hermandad con la que hoy seguimos caminando,siempre a base de esfuerzo y entrega. De ellos hay que aprender a seguir haciendo grande la Hermandad, no de los triviales, sino de los rocianos hondos de siempre.

Muchas gracias, Mari Nieves, por la foto.