La pasada semana, culminando con la noche del sabado al domingo 20 de Julio, la Aldea del Rocio se ha llenado de vida.
Miles y miles de jóvenes han alzado su voz, han puesto su energía y su compromiso al servicio del mensaje de Cristo.
Organizado por las Diocesis del Sur de España, los jovenes andaluces se han sumado a las Jornadas Mundiales de la Juventud que tenían lugar en Sidney, presididas por Benedicto XVI, en un acto que tiene lugar cada tres años, con la inmensa capacidad de emocionar siempre a un Sumo Pontifice.
Era impresionante ver la Aldea llena de jovenes, llena de vida. Admiraba ver a tantos chicos y chicas que no han dudado en olvidarse del calor sofocante o del frio de la madrugada, para vivir un completisimo programa de actos religiosos y de convivencia, hasta pasar una vigilia eschando la palabra de Dios, y su música, llegando a conectar con pantallas gigantes con Sidney para escuchar el mensaje de Benedicto XVI.
Esto en los tiempos que vivimos, de juventud vacia de contenido, es digno de quitarse el sombrero. Tambien ha sido precioso el compromiso de las Hermandades rocieras cediendo sus casas de hermandad para el encuentro.
Aprendamos del testimonio de estos jovenes. Entrega a cambio de nada. Entrega desmedida para difundir un mensaje. Algo que todos deberiamos hacer cada dia del año.
