sábado, 11 de septiembre de 2010

Rocieros en el Cielo: Vicente Lanza


Los sones de tamboril tienen, otra vez, melodia de ausencia, compases de adios. Vuelven a tocarse tamboriles en las alturas cuando un rociano acaricia las nubes por vez primera para ver de cerca a la Madre de Dios, a quien tantas veces rezamos desde la reja.

La noticia llegaba, acorde con los tiempos, por correo electronico. Letras tristes enviadas desde Tarragona. Nos ha dejado Vicente Lanza.

En el peregrinar de cada año, por los caminos que Umbrete recorre hasta la aldea, no hacia falta decir el apellido. Con Vicente sobraba. Su estampa original, su moto de tres ruedas, llena de fotos, de detalles, de recuerdos, surcaba las arenas y las sendas contagiando alegria y estilo. Nunca le faltaba quien queria ir montado con el un rato. Y siempre, el Cajón cerquita.

La Virgen lo acerco al Sur, al Aljarafe, a Umbrete, por aquellos años en que Rafael, otro rociero en el cielo, presidía la Hermandad, Vicente hizo suya la hermandad, y convirtió a Umbrete en su pueblo de adopción. Todos le querian. Y en los caminos, siempre rodeado de amigos, de conocidos, para todos una palabra, una gratitud, una sonrisa. Sin presunciones, sin aspavientos. Caminar hacia Ellla, y soñar con volver a hacerlo hasta que la Virgen quisiera.

Ya faltó el último camino, y ayer emprendío su camino final, el que cruzan los rocieros de Umbrete, como manda la salve, "en su viejo Cajón de Madera".

Como se van echando de menos por los caminos esos corazones puros, esos rocieros que peinan canas y enseñan a vivir el Rocio sin orgullos, de verdad, demostrando que no hay fronteras en la fe.

Descansa en Paz. Hasta siempre, Vicente.

Viva la Virgen del Rocio.

Vivan los Rocieros del Cielo.