Ha pasado mas de una semana y parece un recuerdo lejano, una explosión de emociones tan intensamente vividas, que parecen perdidas en la distancia.
Pero....que noche, que suerte poder volver a ser niño, poder vivir unas horas infantiles de algarabía, de caramelos, de regalos, de presagio de noche grande y mágica.
Una tarde de enero maravillosa, con un sol precioso y el frio justo al anochecer, brindó un año más un recorrido de sonrisas por las principales calles del pueblo. Tambores, cornetas, charangas, caramelos al aire, regalos para todos, y felicidad desbordante en nuestros pequeños.
Y mucha "culpa" de todo eso la tienen unos umbreteños que se hinchan a trabajar, con las mismas ganas de siempre, para que una Cabalgata siembre de luz su pueblo.
A ellos, a los responsables de que la Cabalgata cumpla su rito, su cita con la viveza de los niños, con el recuerdo de los padres, con la nostalgia de los abuelos, a ellos, cuyo esfuerzo de todo un año se plasma en pocas horas de recorrido cada 5 de Enero, a todos ellos, de corazón, GRACIAS.
Y que Dios nos de salud para vivir muchas tardes de 5 de Enero, y muchas noches eternas de Reyes Magos.
