sábado, 28 de agosto de 2010

Rocieros en el Cielo: Carmelo Macías

La vida jamas se detiene, pero, dolorosamente, a veces se detiene el corazón de los rocieros en la tierra, porque les llega la hora de seguir a su Cajón centenario por marismas de nube y arenas que no pesan, porque llegan hasta el mismo rostro de la Madre de Dios en un Rocio del Cielo.

Carmelo se fue el mismo dia de su cumpleaños. Que cosas.

Llevaba casi todo el verano en El Rocio. Ya solo queria estar alli.

Son las cosas de la devoción heredada, de la fe que corre por los pulsos mismos de la sangre.

La fe que se recibe de unos padres rocianos, de Jose y de Concha, la que se enseña y se aprende por los caminos, de la mano del Niño de Ana, en aquellos Rocios tan de antes, tan de blanco y negro, tan de historia viva que nos gusta escuchar.

La fe que no conoce de protocolos ni protagonismos. La que lleva la medalla por dentro, una vida entera.

La que se enseña a los hijos, a los nietos, dejando semilla rociera en esta vida, perpetuando una tradición bicentenaria.

La Virgen llama a sus hijos, incluso en la víspera del patrón San Bartolomé.

Cuanto van a hablar del Rocio por alla arriba. Carmelo, y Jose Joaquin, y su padre, y su padrino....es lo que tiene la herencia rociera, la que no se pierde.

Por eso lo dice nuestra Salve....."en tu antiguo Cajón de Madera, a tus marismas llevales".

Descanse en Paz.

Viva la VIrgen del Rocio.

Vivan los Rocieros del Cielo.