lunes, 5 de mayo de 2008

Y Murcia llegó a Umbrete.



En esta frontera nocturna entre el Domingo y el Lunes, cuando hace poco que el Simpecado umbreteño ha vuelto a su altar tras el Santo Rosario, cuando ya no se cuentan por dias, sino por horas las que faltan para que llegue el día en que salen las carretas, en que el pueblo se encuentra con sus propias raices de la fe, es también noche de belleza rociera procedente de otras tierras.











La imagen no es clara, pero es suficiente. A esta hora hay hermanos que velan un Simpecado y su carreta teniendo por cielo las estrellas, hay hermanos que rezan el rosario con la voz emocionada, hay hermanos que tocan el tamboril, que cantan, que sienten a la Virgen en su primera noche en el camino.

Y no son del Aljarafe, ni son sevillanos, ni siquiera andaluces. Vienen de Murcia. Un día, la hermandad de Umbrete amadrinó el sueño rociero de los hermanos murcianos. Y en prenda de cariño, su primera noche del camino les lleva a la "pará" en Umbrete.

Hoy ya se han visto rocieros con la medalla de Murcia por este pueblo. Al caer la noche, su Simpecado se iluminaba, y sus romeros junto a el.

Tiene mérito este sentir rociero tan distante en kilómetros y tan grande en devoción.

La ahijada de Umbrete ya para en nuestra tierra. Mañana, por la tarde, harán su presentación ante la Parroquia, y proseguirán hasta parar en Benacazón.

Bienvenidos, hermanos. Ya teneis la VIrgen más cerca. Que Ella os bendiga. Buen camino a todos.