Cuando ves una tarde como la de hoy, tan soleada, tan de cielo azul, tan de primavera sevillana, no puedes dejar de pensar en que dentro de dos semanas hay una vispera pura, autentica, cabal y emocionante.
Dentro de dos semanas, en este pueblo, como en tantos otros, habrá un sinvivir de idas y venidas, de carriolas que se terminan de cargar, de arcones que se terminan de preparar, de aquel detalle de ultima hora.
Será un día de Cajón de Madera en la puerta del Mayordomo (cuantas emociones te aguardan Lorenzo), de flores puestas de Madrugada, de cohetes que se elevan y su trueno anuncia la intensidad de una noche larga y una mañana de romeros.
Solo paseas por la calle y ves que ese nerviosismo se contagia. Al día siguiente saldrán las Carretas y todo será grande, muy grande, y enormemente dichoso.
Esa tarde, dentro de dos semanas, pasarán hermandades por el pueblo, sonarán tamboriles y se rezarán salves en la puerta de la Parroquia. Es el anticipo bendito del miercoles.
Porque un aire rociero ya recorre nuestra tierra, porque faltan dos semanas para que todo se precipite, para que no haya mas tiempo que el de la luz y la sombra de los caminos que nos llevan a la Virgen.
Ve contando los dias. Ya son pocos. El sueño llega.