Otro simbolo de la cercanía de tiempo maravilloso del Rocio, es ver como miembros de la Hermandad del Rocío de Umbrete van por las casas para realizar el cobro de las cuotas anuales que pagamos los hermanos a la Hermandad.
A lo que me quiero referir es que en Umbrete nadie dice "la cuota de la Hermandad". En el pueblo, en la Hermandad se le llama "CÁÑAMA".
Es decir, lo habitual es que por este tiempo lleguen a tu casa miembros de la Hermandad y te digan...."venimos a traer la cáñama". No solo el nombre es peculiar sino que también el hecho de que sigan yendo a las casas al cobro esta en vías de extinción, porque muchos hemos optado por el pago a traves del Banco, cosa que por otro lado, es mas práctico para las corporaciones a la hora de las cuentas y los ingresos.
Si miramos el Diccionario de la Real Academia, la palabra "cáñama" tiene este significado:
A lo que me quiero referir es que en Umbrete nadie dice "la cuota de la Hermandad". En el pueblo, en la Hermandad se le llama "CÁÑAMA".
Es decir, lo habitual es que por este tiempo lleguen a tu casa miembros de la Hermandad y te digan...."venimos a traer la cáñama". No solo el nombre es peculiar sino que también el hecho de que sigan yendo a las casas al cobro esta en vías de extinción, porque muchos hemos optado por el pago a traves del Banco, cosa que por otro lado, es mas práctico para las corporaciones a la hora de las cuentas y los ingresos.
Si miramos el Diccionario de la Real Academia, la palabra "cáñama" tiene este significado:
"Repartimiento de cierta contribución, que se hacía unas veces a proporción del haber y otras por cabezas."
Por lo tanto es una palabra que nos trae un sabor de recaudación antigua, de contribución de otros tiempos, que ha sabido perdurar y que sigue teniendo ese componente de trato humano de ir casa por casa de cada hermano para recaudar los siempre necesarios ingresos para la Hermandad.
En esto, y en otras tantas pequeñas y grandes cosas, Umbrete y su forma de ver el Rocio siguen teniendo una huella especial, un sabor de siempre que trae antecedente en un sentir rociero que sigue acumulando siglos e historia.
Ya sabeis, hermanos, que nadie deje de ponerse al dia en sus cáñamas.
