Pasaron siete años, Pastora, y siete tendrán que volver a pasar. Por eso, siempre, Señora, que no nos falte la salud para volver a tu lado
Hoy te hemos visto Rocio. Has vuelto a la Aldea, a tu casa, nueve meses despues. Pero te hemos visto desde mucho antes de que llegaras.
Hoy te hemos visto, Rocio, en el calor de la mañana y la tarde, un sol que no se ha querido perder tu vuelta.
Hoy te hemos visto, Rocío, en las flores blancas y templetes que jalonaban las arenas. Nos iban diciendo que venías, que volvías, que esperáramos que, al caer la tarde, estarías allí.
Hoy te hemos visto, Rocío, en una aldea rebosante, llena de rocieros, donde crecen los armazones que cobijarán tus hermandades. Venían, una semana antes de tu romería, convocados por Tu llamada. Querían darte la bienvenida de nuevo a casa.
Hoy te hemos visto, Rocio, en esos peregrinos en número incontable, que empezaban a llegar a las primeras horas de la tarde, primero poco a poco, como gotas de tu Rocío, hasta hacerse una marea invencible, firme, convencida, de pasos agotados, de rostro oscurecido de polvo donde, siempre, brillaba una sonrisa inagotable.
Hoy te hemos visto, Rocio, en salvas al cielo, en orgullo almonteño, en fe rociera convencida.
Hoy, dos pequeñas, han visto de mi mano tu regreso. Solo te pido siete años mas para volver junto a ellas a esperarte.
Dios te Salve, Reina y Madre.
